Nacho Vegas
El tercer dia
Por tercer d�a �l ve amanecer
desde una cama vac�a,
por tercero le o�mos persign�ndose,
Jes�s, Jos� y Mar�a.
Y el tercer d�a, jura, es el peor
le tendr�ais que ver
de rodillas con cara de idiota
ara�ando el parqu�.
Hizo listas de las personas con
las que hab�a dormido.
Puso en rojo los nombres de aquellos que
resultaron heridos.
Su apellido figura una vez
de cada cinco o seis
en un rojo tan vivo que
al mirarlo dol�a.
�l lloraba y gem�a al pensar
que le quedaban a�n otros tres d�as.
Y cambi� los muebles de lugar
un treinta de noviembre,
fue a dormir y de nuevo al despertar
estaban donde siempre.
Que es diciembre, no abril, el mes m�s cruel,
qui�n se lo iba a negar
si las horas le duran hoy
lo que dura una vida,
si el plan de su vida a d�a de hoy
consiste en nada m�s
que en llegar al cuarto d�a.
Si las horas le duran hoy
lo que dura una vida.
Llegar� al cuarto d�a, gem�a,
pero lo peor, se�or,
es que llegar�, es que llegar�,
y que a ese d�a le suceder�
otro d�a m�s,
y otro d�a m�s,
y otro d�a m�s,
y otro m�s,
y uno m�s,
y otro m�s,
y uno m�s,
y otro m�s,
y otro m�s,
y a ese d�a le suceder�
otro d�a m�s,
y otro d�a m�s,
y otro d�a m�s,
y otro m�s,
y uno m�s,
y otro m�s,
y uno m�s,
y uno m�s,
y otro m�s,
y a ese d�a le suceder�
otro d�a m�s,
y otro d�a m�s,
y otro d�a m�s,
y otro m�s,
y uno m�s,
y otro m�s,
y uno m�s,
y uno m�s,
y otro m�s,
y otro m�s,
y otro m�s,
y otro m�s,
y uno m�s,
y otro d�a m�s.