Nacho Vegas
En el jardin de la duermevela
Esta noche vuelvo a percibir su olor,
hoy el cielo oscurece para m�
y all� crece perfecta.
La puedes ver brillar
a la luz de las estrellas
en su jard�n,
el jard�n de la duermevela.
Es el jard�n donde el alma sue�a.
Ella se convierte en una obsesi�n,
cada nervio se estremece en erecci�n
al sentir su dulce aliento en mi garganta
y su c�lida voz susurrar muy dentro de m�:
-Ven, f�llame,
ven a m�, soy la duermevela.
Ven al jard�n donde el alma sue�a.-
�No lo veis? Me ofrece su bendici�n
y su amor de muerte.
�No comprend�is que yo ya no soy yo
cuando ella entra en mi sangre y me pone a morir?
Buscadme all�,
en el jard�n de la duermevela.
El hombre gordo nos contaba
c�mo �l sali� de la miseria,
pero un mal d�a lo encontraron
electrocutado en su ba�era de oro y marfil.
Unos creen en la guerra,
otros en el para�so.
Yo, por mi parte, s�lo creo en ella.
Buscadme all�,
en el jard�n de la duermevela,
en el jard�n de la flor perfecta.
�No lo veis? Me ofrece su bendici�n
y su amor de muerte.
�No comprend�is que yo ya no soy yo
cuando ella entra en mi sangre y me pone a morir?
Buscadme all�,
en el jard�n de la duermevela.
En el jardin de la duermevela
(en el jard�n donde el alma sue�a),
en el jard�n de la flor perfecta
(en el jard�n donde el cuerpo enferma),
en el jard�n de la duermevela.